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Descubren que la relación entre insomnio y mal humor está en una alteración genética

22 noviembre 2019

Los resultados de esta investigación sugieren que el gen PER3 puede ser el eslabón que vincula las horas de descanso con la regulación del humor

¿Has notado que cuando no duermes bien tu humor durante el día está alterado? Diversos estudios han dejado constancia de que no dormir con calidad, es decir, profundamente y durante el tiempo necesario, puede desencadenar cansancio, estrés, depresión, comportamientos agresivos con todo lo que nos rodea, enfado difícil de controlar.

La pregunta es, ¿qué relación tienen los trastornos del sueño con los cambios de humor?

Una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) señala que una alteración de un gen del reloj circadiano, el PER3, podría ser la clave.

 

Función del reloj circadiano

Las funciones biológicas y de conducta están reguladas por el ritmo circadiano, así que éste  permite al organismo organizar y anticipar estas funciones.

Cuando el reloj circadiano se desregula produce trastornos del sueño y alteraciones fisiológicas importantes.

La neuróloga del Instituto Europeo del Sueño Celia García Malo confirma la relación entre el gen PER3 con el reloj biológico, por lo que afirma que la alteración en nuestros patrones de sueño-vigilia efectivamente puede conducir a cambios de humor, malestar, frustración y ansiedad.

Pruebas de alteración genética aplicadas a ratones sobre su gen PER3, presente en el reloj circadiano, demostraron que tras los cambios de su ritmo y un sueño irregular, mostraron apatía y depresión.

 

Dormir es una necesidad biológica

La baja calidad de sueño o el sueño insuficiente afectan a nuestro estado de ánimo durante el día. “Las personas que lo padecen se muestran más irritables, desconcentradas, apáticas, ansiosas e incluso tienden a la depresión” indica la especialista.

El sueño en sí mismo tiene un papel neuroprotector para el organismo, por lo que durante estas horas ocurren múltiples procesos neurológicos que exclusivamente suceden al dormir.

La doctora detalla que tales procesos están relacionados con memoria, aprendizaje y reposo metabólico, así que cuando no hay calidad de sueño, biológicamente se puede observar un aumento de “hormonas de estrés”, como por ejemplo cortisol, y una alteración en “hormonas de bienestar”, como serotonina.

 

¿Cuánto necesitas dormir?

Dormir 8 horas diarias no es la receta perfecta para todos, cada quien tiene necesidades diferentes respecto al sueño y al descanso.

Así como hay personas para quienes 5 horas de sueño bastan para sentirse descansados, otras requieren no menos de 10.

El no dormir el tiempo y con la calidad necesaria, sin duda, hace sentir agotamiento, angustia, irritabilidad, fatiga y hastío.

Recuerda que el cuerpo usa el sueño como una manera de organizarse y repararse.

 

Reacción en cadena

La ausencia de sueño reparador tiene consecuencias nefastas para nuestro estado de ánimo y cuando se convierte en un patrón habitual, genera una reacción en cadena.

La falta de sueño genera una situación de “hiperalerta” y estrés –dice la doctora Celia García-  ocasiona malestar y falta de energía. Todo ello hace que nuestro ánimo pueda ser más bajo y lábil, pudiendo pasar de la tristeza a la euforia, y mostrándonos por lo tanto menos “estables” emocionalmente.

La fatiga producto del insomnio también puede llegar a provocar alucinaciones y experiencias sensoriales extrañas, las emociones, el comportamiento y los pensamientos se salen de control.

 

Higiene del sueño

Pese al factor genético determinado en la citada investigación, la especialista en trastornos del sueño recomienda transformar malos hábitos que influyen en dormir deficientemente y por ende provoca mal humor.

Al respecto, indica que es muy importante mantenerse relajado las horas antes de ir a dormir, dejar a un lado las preocupaciones, no revisar mails ni las reuniones del día siguiente, ya que esto puede llevar a nerviosismo y demorar que conciliemos el sueño. Debemos relacionar el ir a la cama, el ir a dormir, con un momento de bienestar.

Agrega que siempre que la persona considere que el sueño está suponiendo un problema para su vida, que durante el día se encuentre cansado, sin energía, nervioso o menos concentrado de lo habitual; acuda a la atención médica, ya que con un adecuado y oportuno diagnóstico, el insomnio tiene cura.