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Dormir bien alivia el dolor

1 noviembre 2019

El mal dormir hace que nuestro cerebro recibe el mensaje de que esté alerta o despierto, por lo que predomina la vigilia y el cortisol

El dolor  es una sensación de disconfort  o molestia que sentimos en alguna parte de nuestro cuerpo bien sea por un estímulo externo o por problemas asociados a enfermedades de base.

Cuando dormimos mal el dolor pareciera hacerse más intenso, especialmente si esta vigilia se prolonga en el transcurso de los días. Pero en realidad, esa intensidad se debe a un desequilibrio neuroquímico que se produce en nuestro cerebro cuando sufrimos algún trastorno del sueño.

La neuróloga Celia García Malo explica que mientras estamos despiertos nuestro cerebro segrega las hormonas oxidativas que promueven el catabolismo o la oxidación de las células.

Los niveles de cortisol presentes en estas hormonas oxidativas aumentan cuando estamos en situaciones de estrés. Al dormir bien entramos en un proceso de regeneración a través de hormonas anabólicas, pero cuando este sueño no es saludable y los índices de las hormonas oxidativas, especialmente el cortisol, bajan, nos hace estar más susceptibles al dolor.

 

Lo que nos causa dolor

El dolor proviene generalmente de estímulos externos. Sus características de intensidad  y nuestra capacidad de detectarlo están condicionados por algunos factores como la ansiedad, el estrés, el no dormir y algunas enfermedades de índole metabólico.

Hay personas que tienen el umbral del dolor alto y por eso su percepción del mismo es menos intensa, mientras otras son más sensibles.

Cuando acudimos a un centro de salud para tratar el dolor es importante indicar ¿en qué momento del día se presenta esta molestia?, si es en la noche o  en el día, ¿cómo es la intensidad de este disconfort?, ¿qué área afecta esta molestia?, ¿cómo es la molestia: continua o intermitente? y la definición de ¿cómo es el dolor que sentimos?.

Estar en vigilia no sólo nos hace más susceptibles al dolor sino que puede venir acompañada de ansiedad y/o depresión.

 

Áreas más sensibles

La especialista señala que las personas que sufren alteraciones del sueño suelen sentir dolor especialmente en las articulaciones: rodillas, hombros, tobillos, manos, muñecas y las de la columna vertebral, llamadas facetas.

Cuando gozamos de higiene del sueño y dormimos bien, nos regeneramos a través de hormonas anabólicas que promueven la regeneración de nuestros tejidos o lo que se conoce como regeneración tisular. La fibromialgia y el dolor oncológico son dos entidades muy importantes que promueven la oxidación tisular, sobre todo en las noches.

 

Evaluación médica

Sabiendo que la relación entre el mal dormir y el dolor se basa en el desbalance neuroquímico, los especialistas en trastornos del sueño están llamados a evaluar cómo es ese desbalance de sustancias neuroquímicas en el cerebro del paciente.

La doctora Celia García malo advierte que los aspectos a estimar necesariamente son:

  • Es un desbalance neuroquímico leve o severo. Esto depende de las causas que provocaron el dolor, si se trata de un traumatismo u otros factores.
  • Si por la lesión se involucra o no alguna estructura neurológica.
  • Si esta lesión involucra o no el sistema nervioso periférico o el sistema nervioso central.
  • Las horas en las que es más intenso el dolor, esto es importante.

El objetivo de esta pesquisa es definir si el paciente requiere apoyo farmacológico o no para buscar la conciliación de ese sueño reparador que le ayudará a mermar su sensación de dolor.

 

Mejor dormir, menos dolor

Algunas de las recomendaciones indicadas por los especialistas son las siguientes:

  • Disminuir las situaciones que promueven estrés o ansiedad en las esferas de desarrollo personal, social o laboral.
  • Buscar siempre el dormir bien a través de una adecuada higiene de sueño.
  • Disminuir el consumo de cafeína y de teina.
  • Es importante dentro de las recomendaciones alimenticias del paciente, evitar el consumo de cítricos o de derivados del omega 3 por su efecto proinflamatorio.
  • Evitar el ejercicio físico después de las 5 pm.

 

Dormir bien contribuye a la liberación de sustancias propias de la fase de anabolismo tisular, las cuales promueven a la segregación de analgésicos endógenos, que conocemos como endorfinas. Al seguir estas recomendaciones, le estamos mandando una señal a nuestro cerebro de que debe descansar y predominan los sistemas de regeneración tisular, por lo que el sueño tendrá un efecto de alivio del dolor en el organismo y ayudará a mejorar la condición.