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Dormir nos ayuda a olvidar

24 enero 2020

Durante el sueño se produce un proceso hormonal que interviene en la sinapsis para descartar esas memorias que definitivamente no formarán parte de tus recuerdos

Ya muchos especialistas han dejado claro que dormir es una función biológica necesaria para la salud física y emocional de las personas. Pero no se trata sólo de cumplir un ciclo de regeneración en las noches, dormir nos permite una suerte de depuración en la memoria.

¿Dormimos para olvidar o para recordar? Sería la pregunta en cuestión.

Recientes investigaciones sobre el sueño han revelado que parte de los propósitos de dormir es rescatarnos del colapso, ya que se enciende una hormona responsable de seleccionar las experiencias que vamos a dejar en el backup de nuestra memoria y cuáles serán anuladas.

 

¿Cómo ocurre?

Cada día mientras estamos despiertos consumimos información incuantificable a través de nuestros cinco sentidos. Esto nos llena de experiencias, imágenes, conversaciones, sonidos, olores y emociones que constituyen una abultada lista de datos y contenidos que se están procesando en nuestro cerebro.

Aquí está la tarea de las neuronas cerebrales que empiezan a conectarse tejiendo redes, proceso que conocemos como sinapsis. Para que todos estos datos se conviertan en recuerdos que permanezcan en el tiempo, las neuronas deben crear nuevas proteínas y es así como se guardan las memorias.

Pero ¿Cuáles memorias? ¿todo lo que vivimos a diario? No! Porque al igual que el CPU de un computador, el exceso de datos almacenados colapsaría y no tendríamos capacidad de aprender y guardar información nueva y realmente significativa por falta de espacio.

Explicado de forma más científica: todas las sinapsis serían fuertes e impedirían que se crearan otras, entonces no seríamos capaces de codificar más información.

Esta es una de las razones por las que se recomienda acondicionar la habitación donde dormimos de tal manera que el descanso sea profundo y exento de estímulos externos como luz y ruido.

 

Evidencia científica

Desde hace más de una década se han realizado estudios para determinar cómo es el proceso a través del cual actúa la sinapsis durante el sueño. Se le llama homeostasis sináptica.

Fue propuesta en 2003 por Chiara Cirelli y Giulio Tononi, biólogos de la Universidad de Wisconsin-Madison quienes con su equipo se midieron el tamaño de casi 7.000 sinapsis de ratones cuando estaban despiertos y dormidos.

Tras cuatro años de evaluación continua comprobaron que conexiones neuronales se encogen entre un 18% y 20% durante el sueño.

No obstante, fue Richard Huganir y su grupo de trabajo quienes por medio de investigaciones sobre la química del cerebro identificaron que la hormona Homer1a es la responsable de intervenir en las sinapsis para desechar esas memorias que no permanecerán.

El experimento consistió en inyectar moléculas fluorescentes en los ratones gracias a lo cual observó que las proteínas receptoras que se encargan de fortalecer las conexiones sinápticas, se alejan durante el sueño. Al no haber refuerzos que le impidan actuar, la hormona Homer1a actúa con “sus tijeras” los recuerdos de los que podemos prescindir.

 

¿Qué información se descarta mientras dormimos?

La teoría que sostienen los investigadores es que las sinapsis más grandes son aquellas que han estado por mucho tiempo como por ejemplo el nombre de tus padres o la fecha de tu cumpleaños, mientras que las experiencias más recientes poco significativas o que no estén vinculadas a algo relevante durante varios días, quedan para la eliminación.

Dentro del complejo análisis de lo que sucede en nuestro cerebro mientras dormimos, estas investigaciones ofrecen una visión más clara al hecho de que al despertar haya cosas que simplemente olvidamos.