El insomnio es el trastorno de sueño que se da con mayor frecuencia en la población general. Se trata de una disminución de la capacidad que poseemos para dormir. Existen diversas formas de presentación, dando lugar a varios tipos de insomnio:
Las horas totales de sueño necesarias varían mucho de una persona a otra, aunque la media general oscila entre siete y ocho horas y media, podemos encontrar personas que necesiten 4h de sueño para rendir de forma adecuada (“Son los llamados “poco dormidores”) a personas que necesitan 10 horas (“grandes dormidores”), siendo ambos valores dentro de la normalidad.
Existe una mayor vulnerabilidad en ciertas características de la personalidad al entrar en este círculo de preocupación y ansiedad al tratar de quedarse dormido, y se trata de personas con mayor tendencia a la preocupación, con tendencia pesimista, perfeccionistas y exigentes, con necesidad de mantener todo bajo control, dificultad de exteriorizar sus problemas, etc.)
Causas Médicas:
Pueden ser varias: alteraciones metabólicas, cardiovasculares, hormonales (embarazo y menopausia entre otras) neurológicas, digestivas, reumatológicas, urológicas (por la urgencia de micción se producen los despertares) y todas aquellas que produzcan dolor (fibromialgia, fracturas, cefaleas, etc.)
En los trastornos psiquiátricos como esquizofrenia, ansiedad, depresión, etc., así como otras enfermedades del sueño que contribuyen a dormir menos o peor (síndrome de piernas inquietas, síndrome de apnea de sueño, parasomnias, etc.), también podremos encontrar como síntoma común el insomnio.
Causas externas:
Con independencia de la causa que origina el insomnio, este puede ser:
Lo primero en la intervención del insomnio, es identificar si está producido por alguna causa concreta, e intervenir para solventarla. Hay ocasiones, que una vez resuelta la causa del problema, el paciente continúa con el problema inverso, entrando en un bucle del que es difícil conseguir salir por sí mismo.
Este círculo produce mayor ansiedad al intentar quedarnos dormidos, ya que produce una activación que reduce la posibilidad de quedarnos dormidos, el miedo a la cama y aumentando la aprensión…
El insomnio crónico no aparece de la noche a la mañana. En la mayoría de los casos va precedido por un insomnio temporal como respuesta a acontecimientos estresantes, pero que no se resuelve ni mejora cuando se han eliminado los acontecimientos causantes. La evolución puede ser gradual, de manera que la preocupación por el problema de sueño sea cada vez mayor y con ello mayor el impacto diurno.
La preocupación inicial por la dificultad que nos está causando el dormir, es fundamental en la cronicidad de este trastorno: por ejemplo, si la persona que duerme mal durante varias noches seguidas, continúa su rutina sin preocuparse por ello, es menos probable el desarrollo de insomnio crónico. En el caso contrario, si una persona tras algunas noches de alteración del sueño comienza a preocuparse de manera excesiva por no poder dormir y por las negativas consecuencias diurnas, tendrá mayor probabilidad de entrar en un círculo vicioso de insomnio, con elevación de la actividad emocional y cognitiva, que le causará más alteraciones del sueño. Tener pensamientos frecuentes y excesivos sobre el insomnio, puede convertirse rápidamente en el centro de nuestras preocupaciones diarias.
La alteración en el rendimiento y en el estado de ánimo serán atribuidas a las alteraciones del sueño. A la hora de acostarnos, aumentará la preocupación y ansiedad por la incapacidad de quedarse dormido, aumentando la activación y disminuyendo la probabilidad de conciliar el sueño bajo ese estado. Tras una noche mala, la persona con insomnio crónico se preocupará no sólo por la noche ya pasada, sino también por la futura noche. Convirtiéndose así en una en una profecía auto cumplida.
Para conseguir romper el círculo de insomnio, es importante cambiar aquellos factores que están contribuyendo a mantener el insomnio, hábitos inadecuados, que inicialmente surgen para tratar de paliar las consecuencias negativas del insomnio a corto plazo, Es fundamental cambiar los pensamientos ansiosos que aumentan la preocupación, y reducir la excesiva activación emocional asociada.
Es fundamental que el paciente tome de forma activa su papel, contando con nuestra guía y nuestro apoyo, y debe cumplir las pautas que se le irán dando para afrontar el insomnio. Pautas generales que se han ido desarrollando en clínicas de diferentes paísesy que han demostrado su eficiencia en otros pacientes con el mismo trastorno. Se trata de un tratamiento con alto coste de esfuerzo, tiempo y paciencia por parte del paciente, no de una cura milagrosa del insomnio, tratamiento que le ayudará a desarrollar herramientas para el autocontrol de pensamientos y para recuperar el control del sueño, de manera que pueda manejar las ocasionales dificultades para dormir con las que se puede encontrar también tras la finalización del programa.
Para alcanzar el objetivo de acostarse pronto y disminuir el tiempo despierto en cama, es fundamental cumplir todos los requerimientos y pautas indicados No sólo cumplir aquellos más fáciles. Los beneficios serán más evidentes con la práctica continuada y el paso del tiempo. Lo estricto que sea en el seguimiento de las pautas, será el indicador más importante para determinar los resultados que alcanzará con la terapia, pudiendo ser consciente de ellos tras unos días después del fin de la terapia.
La intervención se basa en 3 pilares;
Nuestro objetivo será que usted consiga el control de forma voluntaria sobre su activación fisiológica, con habilidades para relajar su cuerpo y su mente siempre que lo necesite, pero fundamentalmente a la hora de acostarse, ya que está científicamente comprobado que dicha activación emocional dificulta e impide el sueño, además de las repercusiones en su bienestar y calidad de vida.
Existe una tendencia a la automedicación para el insomnio que ha de evitar, no debe tomar nada sin prescripción médica. Cada caso debe ser evaluado de forma individualizada, valorando tanto los beneficios del tratamiento, como los efectos secundarios y si está realmente indicado en cada caso. En el Instituto del Sueño procuramos no prescribir hipnóticos excepto en casos especiales.
En general, el tiempo de tratamiento farmacológico es limitado, para así limitar la aparición de efectos secundarios.