
Perder peso aumentando las horas de sueño
Dormir de una mala manera, muy pocas horas o de forma intranquila se presenta como un problema molesto muy frecuente. No es simplemente sentir que nos levantamos cansados, afectando en nuestras labores durante el día y sintiéndonos decaídos, sino que puede traer consecuencias más graves que muchas veces no logramos asociar con ese mal dormir como lo es la Obesidad.
Actualmente es notorio en diferentes trabajos y estudios de la literatura médica, que aquellos que duermen más de 7 horas cada noche, con el tiempo ganan menos peso que aquellos que duermen menos de 5 horas, lo que nos muestra que existe una relación estrecha entre el peso y la calidad de nuestro sueño.
La obesidad siempre se ha asociado al sueño. Se tiene la idea de que las personas obesas duermen más, su sueño es más intenso y prolongado, y tienen más facilidad para dormirse. Se piensa de igual manera que por el contrario, el individuo delgado y activo tiene un sueño más superficial, menos intenso y de menor duración.
Sin embargo, aunque esto ha sido demostrado de manera estadística, estas ideas están cambiando. En numerosos trabajos científicos la asociación que existe entre un número escaso de horas de sueño y la obesidad, dándole fuerza a interrogantes como: ¿La falta de sueño engorda o es a la inversa?
Es conocido que existen dos hormonas que intervienen de forma activa en la sensación de hambre en nuestro organismo: la Leptina y la Grelina. La primera, la Leptina, es producida por los adipocitos o células grasas y su liberación a la sangre indica que estos tienen un depósito suficiente de grasa y, por lo tanto, actúa como un inhibidor del hambre. Por su parte, la Grelina, es producida por el estómago cuando está vacío y su liberación estimula la sensación de hambre.
En diferentes estudios se ha demostrado que dormir poco o de mala manera baja los niveles de Leptina y aumenta los niveles de Grelina.
Al disminuir los niveles de Leptina, que actúa como supresor del apetito, y elevar los niveles de Grelina, que lo estimula, se suman ambos efectos y el resultado es un aumento notable del hambre, de ingerir una alta cantidad de calorías y, por tanto, del riesgo a largo plazo de padecer Obesidad.
Al mantenerse los niveles de Leptina y no aumentar los niveles de Grelina, la sensación de hambre es menor en las personas que duermen más, controlan más fácilmente su apetito, mantienen mejor su peso y tienen menos tendencia a la obesidad.
Si tu objetivo es evitar de la Obesidad y bajar peso, ten en cuenta que, debes llevar de la mano a la dieta y el ejercicio físico, el control de las horas de sueño y la calidad del mismo, ya que dormir poco o de mala manera, no ayudará en tus planes y dormir mucho y de manera descansada mejorará tus resultados.